La inclusión del breaking en los Juegos Olímpicos de París 2024 representa un hito importante, pero al igual que otras disciplinas como el karate y el béisbol, su participación fue temporal, y no estará presente en Los Ángeles 2028. Desde una perspectiva económica, la inclusión del breaking puede atraer a nuevos patrocinadores y mercados, ampliando las oportunidades comerciales de los Juegos ya que las marcas interesadas en conectar con audiencias más jóvenes pueden ver en el breaking una plataforma valiosa para promocionar sus productos y servicios. Esta diversificación de las fuentes de ingresos sirve para mantener la viabilidad financiera de los Juegos, especialmente considerando los sobrecostos significativos que han enfrentado eventos anteriores. El debut del Breaking en las Olimpiadas de París 2024, aunque emocionante, no debe ser visto como el clímax de la historia del breaking, sino como una continuación de su trayectoria en un escenario global que refleja su propagación mundial. Esta introducción en Paris 2024 ha generado una mezcla de entusiasmo, controversias y reflexión dentro de nuestra comunidad internacional de Hip Hop.
El Breaking hizo su debut en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018 en Buenos Aires, marcando un avance importante hacia su inclusión en los Juegos Olímpicos de París 2024. Esta incorporación fue el resultado de años de trabajo por parte de la Federación Mundial de Danzas Deportivas (WDSF), que buscó posicionar el breaking dentro del marco olímpico· La inclusión no fue automática; requirió demostrar que el breaking tenía un atractivo global y una conexión cultural fuerte con los jóvenes, aspectos que fueron claves para que el Comité Olímpico Internacional (COI) aceptara la disciplina. El proceso de calificación para París 2024 fue complejo y exigente. Los participantes tuvieron que enfrentarse a una serie de eventos clasificatorios que reflejaron la seriedad con la que se abordó la inclusión del breaking en los Juegos Olímpicos. El COI presionó a la WDSF para asegurar que hubiera suficientes jueces certificados, lo que reveló la importancia de la estructura y el rigor en la organización de estos eventos. A lo largo de este proceso, surgieron desafíos relacionados con la autenticidad y la representación cultural, especialmente en un entorno tan regulado como el olímpico. La WDSF se enfrentó a la tarea de mantener la esencia del breaking mientras cumplía con los requisitos de un deporte olímpico.
Los Juegos Olímpicos modernos, que se iniciaron en 1896 con el objetivo de revivir la tradición deportiva de la antigua Grecia, han evolucionado para adaptarse a los cambiantes intereses y valores globales. Con la inclusión de nuevas disciplinas, como el Breaking en Paris, surge la necesidad de reflexionar sobre el porqué y los propósitos de esta inclusión porque si bien la incorporación de nuevos deportes principalmente atraer nuevas audiencias y diversificar las disciplinas olímpicas, también plantea preguntas sobre cómo esta expansión afecta la percepción de los valores y tradiciones del evento.
La inclusión del Breaking en principio puede parecer representar un reconocimiento global, pero para muchos hiphoppas comprometidos con la cultura es también una oportunidad para reflexionar sobre su evolución desde sus raíces como una forma de resistencia cultural. En el ensayo “Generación Hip Hop: Loop de un nacimiento constante” de María Belén Salas, disponible en la Revista Anfibia, se discute cómo el Hip Hop ha sido un refugio y una herramienta de empoderamiento para comunidades marginadas, transformándose en una expresión global sin perder de vista sus orígenes de lucha y supervivencia.
El post en instagram de Buddha Stretch indica: “La comunidad de la danza es cultura con fines de lucro. La comunidad de la danza no es la cultura. En lo que participamos proviene de vecindarios en los que la comunidad de la danza nunca pone un pie. Practicamos formas de arte vintage de varias comunidades afroamericanas. La gente usa los disfraces como si fueran cosplay o una versión moderna de los espectáculos de minstrel y le dicen a las personas que nacieron y crecieron en esa cultura qué es y qué deberían decir, y básicamente les venden su cultura de vuelta a ellos. ¡Qué tontería! La sensación de derecho es increíble. Se está revelando mucho debido a las Olimpiadas. Esto es lo que pasa cuando se despoja a la cultura de la identidad de un pueblo. Se convierte en un terreno libre para todos. No todos son auténticos así.”
Buddah Stretch, una figura clave en la cultura Hip Hop, señala cómo la representación del Breaking en plataformas globales, como las Olimpiadas, puede despojar a la cultura de su identidad original, indicando que lo que se practica y celebra en estos escenarios a menudo proviene de comunidades que no suelen ser reconocidas ni representadas de manera auténtica, lo que lleva a una desconexión preocupante. Muchos enfatizan que es fundamental recordar que esta danza tiene sus raíces en la cultura Hip Hop, no en un deporte acrobático. Según su perspectiva, la esencia del Breaking, como una danza que permite ensayo y error, está siendo amenazada por la comercialización y la privatización de la cultura.
Entonces ¿El reconocimiento que se nos da respeta la profundidad y la historia del Breaking? ¿O está enfocando más en un atractivo superficial?
Aunque la inclusión del Breaking en las Olimpiadas de París 2024 representa un hito significativo, se sabe que no formará parte del programa de las Olimpiadas de Los Ángeles 2028 que se celebrarán en Estados Unidos, país donde curiosamente nació. Y aunque aún hay posibilidad de reintegrarse en los próximos años, esta ausencia anticipada plantea interrogantes para nosotros porque resalta las preocupaciones que hemos discutido anteriormente, de las cuales sobresale una en particular: ¿El breaking está siendo valorado por su verdadero espíritu y cultura, o se le está utilizando simplemente como un recurso temporal para captar nuevas audiencias?
A pesar de la inclusión de deportes emergentes, los Juegos Olímpicos enfrentan desafíos persistentes como los sobrecostos y el impacto social. Según un informe de la Universidad de Oxford, los costos asociados a los Juegos Olímpicos han superado regularmente los presupuestos iniciales, con un sobrecosto promedio del 172% en las últimas décadas. Este aumento en los costos ha generado preocupación sobre la viabilidad financiera de los Juegos y su impacto en las ciudades anfitrionas. Por ejemplo, los Juegos de Río 2016 enfrentaron críticas por sus altos costos y el impacto social, incluidos los desplazamientos de comunidades. Ferran Brunet, en su obra Mosaico Olímpico, también analiza cómo eventos como los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Río 2016, si bien transformaron significativamente la infraestructura urbana y económica de las ciudades anfitrionas, enfrentaron sobrecostos considerables y generaron desafíos sociales importantes, como el desplazamiento de comunidades locales. Estos problemas reflejan un patrón recurrente en eventos de esta magnitud, donde los beneficios esperados se ven a menudo contrarrestados por los altos costos y el impacto social.
El impacto en el turismo es otro aspecto relevante· Según el estudio “International Tourism and the Olympics: The Legacy Effect”, realizado por investigadores de la Georgia Southern University, los Juegos Olímpicos pueden atraer a cientos de miles de turistas adicionales a la ciudad anfitriona, lo que impulsa la economía local pero también pone a prueba su infraestructura· Sin embargo, en algunos casos, la infraestructura construida para el evento puede quedar subutilizada después de que los Juegos terminan· El Comité Olímpico Internacional (COI) ha sido criticado en múltiples ocasiones por su gestión de los Juegos y por los desafíos financieros que enfrentan las ciudades anfitrionas· A pesar de estos desafíos, el COI ha intentado modernizar los Juegos, buscando un equilibrio entre la expansión del programa olímpico y la preservación de su relevancia cultural y su legado.
La inclusión del Breaking, que ganó popularidad durante las Olimpiadas de la Juventud de Buenos Aires 2018, en los Juegos Olímpicos de París 2024 responde a varios factores estratégicos y culturales. En primer lugar, refleja un esfuerzo por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) para atraer a una audiencia más joven y diversa puesto que ofrece una conexión directa con la cultura urbana y el movimiento Hip Hop, haciendo que los Juegos sean más relevantes para las nuevas generaciones. B-Girl Cristina de Colombia, una destacada Old School de la escena, celebra la inclusión del Breaking en los Juegos Olímpicos como un logro extraordinario, subrayando que “la atención del mundo está sobre los breakers”. Para Cristina, esta oportunidad representa un reconocimiento merecido para un arte que ha sido históricamente subestimado y, en muchos casos, estigmatizado. “Es impresionante ver cómo un baile que nació en las calles, desarrollado por personas que se forjan a sí mismas con constancia y disciplina, ha llegado a un escenario global como los Juegos Olímpicos”, reflexiona. Aunque reconoce que algunos temen que se pierda la esencia y el flow característicos del Breaking, Cristina ve la inclusión como una oportunidad para que el mundo descubra y admire la verdadera habilidad y pasión detrás de este arte. “Lo importante es que, aunque el breaking ahora esté en el foco mundial, no perdamos de vista nuestras raíces y lo que realmente significa para nuestra comunidad”, concluye.
Desde una perspectiva económica, esta incursión puede atraer a nuevos patrocinadores y mercados, ampliando las oportunidades comerciales de los Juegos. Las marcas interesadas en conectar con audiencias más jóvenes pueden ver en el breaking una plataforma valiosa para promocionar sus productos y servicios. Esta diversificación de las fuentes de ingresos es crucial para mantener la viabilidad financiera de los Juegos, especialmente considerando los sobrecostos significativos que han enfrentado eventos anteriores. Además, la inclusión del breaking puede contribuir a diversificar la representación cultural en los Juegos Olímpicos, destacando disciplinas que emergen de contextos urbanos y culturales.
EL EVENTO
Con 32 breakers divididos en 16 B-Boys y 16 B-Girls representando a diversos países, la competencia organizó 2 jornadas: el viernes 9 de agosto para B-Girls y el sábado 10 para B-Boys, distribuyendo a los participantes en cuatro grupos, cada uno compuesto por cuatro competidores, en un formato de todos contra todos. Posteriormente, los dos primeros de cada grupo avanzan a las rondas eliminatorias, que incluyen los cuartos de final, semifinales y la final. Un panel de nueve jueces internacionales evaluó cada batalla en base a cinco criterios específicos asegurando que las decisiones fueran imparciales y justas. Estos criterios fueron: técnica, ejecución, vocabulario, musicalidad y originalidad.
En las batallas femeninas, Ami Yuasa de Japón se llevó la primera medalla de oro en la historia del Breaking olímpico, tras superar a Dominika Banevič (Nicka) de Lituania con un marcador de 3-0 en la final, obteniendo 16 votos de los jueces frente a los 11 de su oponente. El podio lo completó Liu Qingyi (B-Girl 671) de China, quien se llevó el bronce tras vencer a India de Países Bajos en una reñida batalla por el tercer lugar. En la categoría masculina, la medalla de oro fue para Phil Wizard de Canadá, quien se impuso sobre Danis Civil de Francia en la final. El bronce lo obtuvo Victor Montalvo de Estados Unidos, superando a Shigeyuki “Shigekix” Nakarai de Japón.
Aunque la transmisión visual del evento ha sido impecable, con un excelente uso de ángulos, tomas y una selección musical adecuada, surge una preocupación crítica sobre cómo los medios de comunicación abordan el Breaking. Por ejemplo, a pesar de ser una competencia de Breaking, plataformas de streaming como HBO (en la versión de Francia misma) o transmisiones en señal abierta utilizan el término “breakdance”, un término inexacto, sino que diluye el valor de nuestro vocabulario por sobre la disciplina del baile. RoboRob Funklover, una figura reconocida en la comunidad Breaking, expresa su frustración al respecto: “Es frustrante ver cómo, a pesar de todo el avance, seguimos encontrando gente y medios que insisten en llamarlo ‘breakdance’, un término que no respeta la historia ni la esencia del Breaking.
Poppin’ Pete, una leyenda del popping, ha dejado claro que “breakdancing” es un término erróneo, creado por los medios en los años 80 sin entender la verdadera historia de la cultura del baile y aunque respeta el Breaking, enfatiza que “lo que hago no está bajo el paraguas de ‘breakdancing’.” Critica cómo se ha intentado “poner cada estilo bajo esta palabra,” y advierte contra la difusión de información incorrecta, instando a la gente a “buscar el conocimiento” para entender y respetar la autenticidad de cada estilo de danza dentro del Hip Hop.
El uso incorrecto de “breakdance” en lugar de “Breaking” no es solo un error terminológico, sino que refleja un riesgo mayor: desconocer el legado de nuestros propios términos, como Emcee, Bboy, Bgirl, Deejay. Términos creados dentro de la cultura para representar nuestra identidad y distinción. Si bien la profesionalización del Breaking trae consigo oportunidades de crecimiento y reconocimiento, también corremos el riesgo de que se diluyan los valores y la esencia cultural que han definido a los Bboys y Bgirls desde los inicios del movimiento. David Toop, en su obra Hip Hop: De lo Underground a lo Global, destaca que “la autenticidad en el Hip Hop es esencial para mantener su integridad como movimiento cultural, y cualquier distorsión en su representación puede tener consecuencias a largo plazo”.
Con la creciente popularidad del Breaking en las Olimpiadas, se ha observado un fenómeno similar al de las batallas de Rap Freestyle: personas que, aunque no forman parte del Hip Hop, buscan posicionar sus contenidos como conocedores en la disciplina y aunque pueden acertar en aspectos técnicos de las competiciones, su comprensión de la cultura es limitada. El uso de términos como ‘Breakdance’ o ‘Breakdancer’ en lugar de ‘Breaking’ y ‘B-Boy’ o ‘B-Girl’ revela esta desconexión, indicando inicialmente que su perspectiva está basada en una versión superficial de lo que realmente significa esta forma de expresión. Este tipo de opinión, aunque a veces bien intencionada, tiende a simplificar y caricaturizar la riqueza del Breaking y del Hip Hop en general. Eventos virales, como la reciente polémica en torno a la B-Girl Raygun (de la que hablaremos más adelante), han amplificado este fenómeno, llevando a que cada vez más personas se sientan capacitadas para opinar sobre un mundo que conocen solo de manera superficial planteando un desafío para nuestra comunidad: cómo mantener la integridad y autenticidad de su cultura mientras se enfrenta a la proliferación de opiniones basadas en una comprensión limitada, pero que, sin embargo, logran gran popularidad.
En un evento de breaking, la fórmula adecuada incluye al breaker, el Deejay y el Emcee, cada uno desempeñando un rol esencial. El breaker lleva la danza al escenario, el Deejay proporciona la música que guía la competencia, y el MC tiene el micrófono, explicando a la audiencia lo que sucede y asegurando que el evento se desarrolle con fluidez. Este rol es crucial, especialmente cuando el evento se transmite globalmente a través de televisión o streaming. Si el Emcee o narrador no tiene un conocimiento adecuado de la cultura, puede desinformar al público, limitándose a juzgar lo que ve sin interpretar correctamente el significado de cada movimiento. Esto puede distorsionar la percepción pública del breaking y afectar la comprensión de su valor cultural. Felizmente la emisión latina que hizo Claro Sports fue correcta desde nuestro punto de vista.
A medida que el Breaking ha ganado visibilidad en el escenario global de los Juegos Olímpicos, han surgido desafíos significativos, especialmente en términos de percepción pública. Rubén Herrero, conductor del podcast Urban Legends, comenta cómo el Breaking ha sido subestimado y malinterpretado por parte del público: “Nos hemos encontrado con mucha gente que dice que el Breaking no es un deporte, pero lo hacen de manera despectiva. El Breaking no es un deporte en el sentido tradicional, pero es mucho más que eso. En otros deportes, la perfección técnica es suficiente, pero en el Breaking también se requiere originalidad y creatividad en cada batalla. Es frustrante ver cómo se infravalora nuestro arte”, agrega Herrero, quien destaca la presión adicional sobre los breakers para demostrar que el Breaking merece su lugar en los Juegos Olímpicos: “No basta con hacerlo bien; tienes que hacerlo excelente”·
La inclusión del Breaking en los Juegos Olímpicos trajo consigo tensiones significativas entre la WDSF y el COI, especialmente en lo que respecta al sistema de evaluación, El COI cuestionó la legitimidad de algunos de los jueces propuestos por la WDSF, lo que llevó a la implementación de un sistema más estructurado. Este sistema exigía que los jueces estuvieran capacitados específicamente para el formato olímpico, lo que generó resistencia entre algunos veteranos de la cultura del Breaking. En el live entre Buddah Strectch y Jack “WildChild” Brown se comenta que figuras prominentes en la escena del Breaking durante décadas, evitaron el proceso de certificación por temor a fallar. El sistema de evaluación desarrollado buscó mantener la integridad artística del Breaking, alejándose de las puntuaciones numéricas tradicionales y enfocándose en criterios como la musicalidad, la interpretación y la originalidad. Además, el papel de la música fue un aspecto clave para intentar preservar la autenticidad del Breaking en las Olimpiadas y se utilizó música que resonara con la cultura Hip Hop, lo que ayudó a mantener un equilibrio entre las formalidades olímpicas y la esencia del breaking.
La participación de Snoop Dogg en la jornada inaugural ha sido una estrategia acertada, no solo por su capacidad de conectar con las masas, sino también por su habilidad para navegar entre los mundos comercial y cultural del Hip Hop. Sin embargo, es importante notar que si la intención hubiera sido destacar la esencia del Hip Hop, se podría haber optado por la presencia de figuras como DJ Kool Herc o Cindy Campbell, quienes simbolizan el origen y la autenticidad de esta cultura· KRS-One, en su libro The Gospel of Hip Hop, menciona que “la autenticidad en el Hip Hop es esencial, y figuras como DJ Kool Herc representan los cimientos de esta cultura, simbolizando su origen y pureza”.
Logistx, B-Girl que representó a Estados Unidos, comentó en sus redes sociales sobre la necesidad de un respaldo más genuino de parte de las figuras influyentes en el rap. Los comentarios en su perfil pone de relieve una desconexión entre los elementos de la cultura Hip Hop, donde el negocio de la música parece haber eclipsado el compromiso cultural que alguna vez unió a la comunidad.
El dilema entre la comercialización y la autenticidad ha sido un tema constante en el Hip Hop. Ronald A.T. Judy, en su ensayo en That’s the Joint!, analiza cómo la autenticidad en el Hip Hop a menudo se convierte en un producto de la hiperculturalización global. Esta explotación comercial plantea desafíos significativos para aquellos que intentan mantener la integridad cultural del movimiento en medio de crecientes presiones comerciales, y nos obliga a reflexionar sobre cómo equilibrar la preservación de nuestra cultura con su adaptación a audiencias globales.
Esta evolución obliga de alguna forma a la comunidad Hip Hop a equilibrar la preservación de su autenticidad con las demandas de una audiencia global y los intereses comerciales que vienen con esa expansión. En cuanto a la aceptación del Breaking como deporte, el consenso no es necesariamente una aceptación unánime, sino un compromiso para mantener un diálogo constante entre aquellos que lo ven como un deporte y aquellos que desean preservar su esencia cultural. Es vital que ambos lados se ma G5ntengan conectados y que la cultura Hip Hop no se vea dividida entre lo que es legítimo y lo que no lo es. David Toop, autor de ‘Rap Attack, observa cómo la globalización ha llevado al Hip Hop de ser un estilo de vida underground a convertirse en un movimiento global· Esta transición, aunque ha permitido una mayor difusión y reconocimiento, también ha generado tensiones sobre cómo mantener la autenticidad cultural en un entorno comercial cada vez más dominante· La participación del Breaking en las Olimpiadas puede verse como parte de esta evolución, donde la comunidad debe encontrar un equilibrio entre la globalización y la preservación de su identidad cultural. Tricia Rose, en su influyente libro Black Noise: Rap Music and Black Culture in Contemporary America, advierte sobre los peligros de adaptar el Hip Hop demasiado a las demandas comerciales· Esta adaptación puede diluir su esencia cultural, transformando un movimiento de resistencia y autoafirmación en un mero producto de consumo· En el contexto de eventos globales como las Olimpiadas, es crucial que la comunidad Hip Hop permanezca vigilante para asegurar que su autenticidad no se pierda en el proceso.
RESPETO
Dentro de la comunidad del Hip Hop y del Breaking, existe una responsabilidad compartida de preservar la autenticidad y respetar la cultura que la define. Esta responsabilidad recae no solo en los bailarines y entrenadores, sino también en los fanáticos que deben promover un ambiente de respeto y apoyo mutuo. En un entorno digital, como el que rodea las Olimpiadas, esta responsabilidad incluye la condena activa del ciberbullying, el apoyo a las víctimas, y la educación de la comunidad sobre la importancia de una competencia saludable y constructiva.
Rachel Gunn, una B-girl de Australia, ejemplifica los retos del proceso de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024. Su camino hacia las Olimpiadas comenzó en el Oceania Champs, un evento continental que se celebró en octubre de 2023 en Sídney, Australia. Este evento fue una de las pocas oportunidades para que los competidores obtuvieran la clasificación directa a París. Raygun tuvo que competir en rondas preliminares y batallas para asegurar su lugar. El proceso de selección en el Oceania Champs fue estricto y se basó exclusivamente en las habilidades de los competidores. A pesar de los rumores que sugerían favoritismo o trato especial, no hubo sesgos en la selección. Además, se desmintió la idea de que el esposo de Raygun formara parte del panel de jueces; él era un entrenador, no un juez, lo que se puede verificar en la página oficial de WorldDanceSport.org
Los hiphoppas son y serán bienvenidos a comentar y discutir el suceso, condenar el proceso, evaluar el nivel pero nada justifica el ciberbullying por ser un problema que amenaza la esencia del Hip Hop, especialmente cuando se dirige a participantes que representan a la comunidad en plataformas globales como las Olimpiadas. Es fundamental que la comunidad se una para rechazar cualquier forma de acoso y, en su lugar, fomentar un entorno donde se celebren las diferencias y se valore la diversidad. ¿Vale más una medalla que una persona?
El Hip Hop vino de la pobreza, el racismo, la marginación. No olvides eso. RAPEALO condenará todo lo que siga promoviendo dolor y odio.
Si los valores fundamentales del Hip Hop —como la unión, la paz, el amor y la diversión — no se reflejan en el entorno competitivo de las Olimpiadas, corremos el riesgo de alejarnos de lo que muchos consideran la verdadera esencia del breaking. En ese caso, lo que se vería en las Olimpiadas podría percibirse más como una competencia deportiva de breaking que como una auténtica expresión de la cultura Hip Hop. Por lo tanto, es vital que estos valores se integren en todos los aspectos del evento, asegurando que el breaking en las Olimpiadas refleje verdaderamente la cultura de la que proviene.
Aunque celebramos este momento histórico, debemos recordar que la decisión final sobre el futuro del Breaking y del Hip Hop no debe estar en manos de las marcas, las instituciones o las federaciones, sino en la comunidad Hip Hop misma. Las instituciones pueden ayudar, pero su interés es comercial. La preservación de la cultura, su autenticidad y su evolución deben seguir siendo una responsabilidad compartida por aquellos que realmente la viven y la sienten. Pero, ¿estaremos mejor preparados para asegurar que nuestra cultura sea representada auténticamente? ¿O veremos cómo el Breaking se adapta aún más a las demandas de un espectáculo global, perdiendo parte de su esencia en el proceso? Este evento en París nos invita a reflexionar profundamente sobre el papel del Breaking en el escenario global, especialmente en un momento en que la representación de la comunidad hispanohablante en estos espacios es nula en cuanto a competidores. La ausencia de países de habla hispana en la competición de Breaking de los Juegos Olímpicos de París 2024 quizás es un llamado de atención para que nos organicemos como bloque internacional. No se trata solo de participar, sino de hacerlo con una identidad que respete y refleje nuestras raíces culturales y nuestra perspectiva única dentro de la cultura Hip Hop.
Este artículo es un punto de partida, una invitación abierta para que la comunidad de habla hispana continúe aportando sus opiniones, observaciones y estrategias para consolidar una presencia sólida en futuras competencias internacionales. La historia del Breaking está lejos de haber terminado; de hecho, está entrando en una nueva fase donde la voz de nuestra comunidad puede y debe ser más fuerte que nunca. Juntos, podemos asegurar que cuando un b-boy o b-girl hispanohablante pise un escenario global, lo haga representando no solo su talento, sino también la profundidad cultural y la autenticidad de todo un movimiento.
RAPEALO