Martha Cooper es una leyenda en nuestra cultura, y su legado está profundamente arraigado en la manera en que documentó y preservó uno de los momentos más importantes en la historia del Hip Hop: el auge del graffiti en Nueva York. En los años 70 y 80, cuando el graffiti era percibido por muchos como simple vandalismo, Martha fue de las primeras en verlo por lo que realmente era: arte urbano. Con su cámara, inmortalizó las piezas que adornaban trenes y paredes, capturando no solo las imágenes, sino el espíritu y la energía de una generación que buscaba expresarse en medio de la opresión. El graffiti era, y sigue siendo, una herramienta de resistencia y afirmación, una forma de tomar espacio en una ciudad que no ofrecía muchas oportunidades.
Uno de los trabajos más importantes de Martha fue Subway Art, un libro publicado en 1984 en colaboración con Henry Chalfant, otro pionero en la documentación del graffiti. Chalfant, como Martha, entendió desde temprano la importancia de este arte callejero, pero su enfoque fue principalmente en el aspecto más técnico y estético del graffiti. Mientras que Martha capturaba la acción y la esencia de los escritores en su ambiente, Chalfant se enfocaba en documentar las piezas de arte completas, capturando las creaciones en los trenes antes de que fueran borradas o vandalizadas. Juntos, Martha y Henry crearon un documento visual que se convertiría en la “Biblia” para generaciones de escritores de graffiti. Subway Art no solo mostraba las piezas más emblemáticas, sino que también daba a conocer a los artistas detrás de ellas, elevando su estatus de “criminales” a artistas legítimos.
El impacto de Subway Art fue inmenso. El libro, inicialmente concebido como un proyecto modesto, se convirtió en un fenómeno global, inspirando a artistas de graffiti en todo el mundo. En ciudades de Europa, Asia y América Latina, los jóvenes que nunca habían visto los trenes de Nueva York se encontraron con las imágenes de Subway Art y comenzaron a replicar esos estilos en sus propias calles. Este libro fue, literalmente, la chispa que encendió un movimiento global. A través de sus páginas, se podía ver la evolución del graffiti desde las simples “tags” hasta piezas más complejas y coloridas que comenzaron a surgir en los trenes. Y aunque el graffiti era fugaz, las fotos de Martha y Henry lo hicieron eterno.
Henry Chalfant, además de su colaboración en Subway Art, también trabajó en otros proyectos que buscaban legitimar el graffiti y la cultura Hip Hop. Su documental Style Wars (1983), dirigido junto a Tony Silver, es considerado otro de los pilares fundamentales en la documentación del Hip Hop. Mientras Subway Art capturaba el arte visual del graffiti, Style Wars documentaba no solo los artistas y sus creaciones, sino también la confrontación constante entre los grafiteros y las autoridades. Este documental mostraba el lado más humano de la batalla entre los escritores y la ciudad de Nueva York, que luchaba por limpiar los trenes y eliminar lo que consideraban “destrucción”. Style Wars ayudó a que el mundo viera el graffiti desde una nueva perspectiva, no como un acto de vandalismo, sino como una expresión artística legítima.
El legado de Martha Cooper, sin embargo, no se limita solo al graffiti. A lo largo de su carrera, ha capturado muchos otros aspectos de la cultura Hip Hop, desde el breakdance hasta el rap. Su libro Hip Hop Files: Photographs 1979-1984, publicado en 2004, es un ejemplo de su capacidad para captar la energía y la creatividad de una cultura en sus primeros años. En este libro, Martha documenta no solo el graffiti, sino también las fiestas en el parque, las batallas de breaking y las primeras manifestaciones del rap en las calles de Nueva York. Es un testimonio visual de una cultura en formación, mostrando cómo el Hip Hop surgió como una respuesta a las condiciones sociales y económicas de los jóvenes afroamericanos y latinos en la ciudad.
En The Gospel of Hip Hop, KRS-One habla sobre la importancia de preservar nuestra historia y nuestras raíces· Él señala que el Hip Hop es más que música, es una forma de vida, una filosofía que se basa en la resistencia, la creatividad y la expresión. Martha Cooper entendió esto desde el principio, y su trabajo ha sido crucial para preservar esos primeros momentos del Hip Hop· Mientras los medios de comunicación tradicionales ignoraban o demonizaban la cultura, Martha estaba allí, documentando con respeto y admiración lo que sucedía en las calles.· Su lente capturó no solo imágenes, sino también el espíritu de una generación que estaba creando algo nuevo, algo poderoso.
El trabajo de Cooper también refleja uno de los principios fundamentales de The Gospel of Hip Hop: la autenticidad. En una era donde muchas formas de arte son rápidamente comercializadas y despojadas de su esencia, Martha siempre ha sido fiel a la cultura que documenta. Aunque sus fotos han sido exhibidas en galerías de arte y sus libros han sido vendidos en todo el mundo, nunca ha intentado apropiarse de la cultura Hip Hop ni explotarla. Al contrario, siempre ha mostrado un profundo respeto por los artistas y por la comunidad de la que formaban parte. Como dice KRS-One en The Gospel of Hip Hop, el Hip Hop es más que un producto, es una forma de vivir y de resistir.
Otro libro crucial de Martha Cooper es We B Girlz* (2005), en el que se enfoca en las mujeres dentro de la cultura Hip Hop, particularmente en las B-girls. En este libro, Martha vuelve a hacer lo que mejor sabe: dar visibilidad a quienes han sido ignorados o marginados por la sociedad. A través de sus fotos, Cooper muestra a las mujeres que, a menudo eclipsadas por sus contrapartes masculinos, también estaban ahí, luchando por un lugar en la cultura Hip Hop. Este libro es un testimonio de su compromiso con contar la historia completa del Hip Hop, no solo desde el punto de vista de los hombres, sino también desde la perspectiva de las mujeres que ayudaron a construir esta cultura.
A lo largo de su carrera, Cooper ha documentado la evolución del graffiti desde sus primeros días en los trenes hasta su aceptación en las galerías de arte. Sin embargo, como nos advierte The Gospel of Hip Hop, debemos ser cautelosos con la comercialización de nuestra cultura. Aunque el graffiti ha ganado aceptación en el mundo del arte, no debemos olvidar sus raíces y lo que representaba en sus inicios. Martha siempre ha sido consciente de esto, y su trabajo es un recordatorio de que el graffiti, y el Hip Hop en general, nacieron como una forma de resistencia, como una manera de reclamar espacio en un mundo que intentaba ignorarnos.
El legado de Martha Cooper es invaluable. Sus fotos son una cápsula del tiempo que nos permite ver el nacimiento de una cultura que ha cambiado el mundo· Pero más que eso, su trabajo es un recordatorio de la importancia de contar nuestra propia historia, de preservar nuestras raíces y de mantener viva la esencia del Hip Hop. Como dice KRS-One en The Gospel of Hip Hop, el Hip Hop no es solo algo que hacemos, es algo que somos. Y gracias a Martha Cooper, tenemos un registro visual de esos primeros días que nos recuerda de dónde venimos y hacia dónde vamos.